La Madera como Material Sostenible (I),
La madera pese a ser una de las materias primas de menor impacto medioambiental en su explotación como recurso y en su proceso posterior de transformación, no ocupa un puesto de relevancia a la hora de ser considerada como un material ecológico. Pese a las lacras heredadas de la mala gestión de selvas y bosques, tras comparar su explotación con la de otros recursos, la madera comporta condiciones indiscutible para ser catalogada como bien de consumo medioambiental.
– Renovable, gracias a su condición regenerativa tras una explotación sostenible que fije como prioridad la renovación de los bosques.
– Ecológica, dada la fijación de CO2 y la conservación de la biodiversidad en el proceso de renovación de los bosques.
– Reciclable, tras su ciclo de vida, siendo siempre posible su transformación en otro producto. No hay mejor madera para una puerta o un mueble que las viejas vigas de una antigua casa demolida, pudiendo incluso ser triturada para producir derivados de madera, como tableros.
– Agradable, cálida, saludable… dadas además las nuevas gamas de tratamientos, tintes y terminaciones, al agua libres de químicos nocivos.
– Biodegradable, ya que su descomposición lejos de producir contaminación en su degradación, abona y fertiliza el suelo.
Deforestación, concienciación, y medidas.
Agricultura y ganadería extensiva, especulación urbanística, incendios, y una pésima explotación de la madera como materia prima; arrasan los pulmones del planeta, aumentando los niveles de CO2 y dañando gravemente la biodiversidad.
Asumiendo la parte que nos corresponde de este despropósito, según la organización WWF Adena: “existe un porcentaje muy alto del consumo internacional de maderas procedentes de regiones donde la tala ilegal es una práctica, Amazonas, la cuenca del Congo, el sudeste de Asia, Europa Este o Rusia”
Gracias a la sensibilidad creciente por el efecto invernadero y por consiguiente la deforestación, sobretodo en regiones tropicales, se vienen promoviendo por gobiernos y organizaciones ecologistas, iniciativas que han culminado en diversas medidas.
En la conferencia ministerial de 1992 de Naciones Unidas de Río de Janeiro, surge la primera definición de Gestión Forestal Sostenible.
Aunque es en los 80 con la propuesta de varias asociaciones ecologistas cuando surge la idea de crear un etiqueta para la certificación de la madera explotada de forma sostenible.
La Conferencia Ministerial, para la Protección de Bosques de Europa de Estrasburgo 1990, hace referencia a la Certificación Forestal y a la Gestión Forestal Sostenible.
Pero son las ONG´s ecologistas las que en 1993 crearon el Consejo de Administración Forestal:
Forest Stewardship Council (FSC).
En los últimos años de la década de los 90, y con el fin de romper el monopolio de FSC como único sistema de certificación forestal, se inician varios movimientos, tomando la máxima relevancia el sistema propuesto en la Confederación de Propietarios Forestales Privados Europeos que se denominó PEFC.
Certificaciones para la madera, qué y porqué.
Ambas certificaciones, mediante el control de las empresas del sector, la auditoría de los bosques, las diferentes etapas de los procesos madereros, se ocupan de salvaguardar una explotación forestal basada en una óptima gestión ambiental, que procure también beneficios sociales y económicos en las zonas de explotación.
Además de auditar la gestión forestal de los bosques, y dar la correspondiente certificación a las empresa propietarias y gestoras de las explotaciones arbóreas cuando cumplen con todas las exigencias y requisitos.
La certificación forestal salvaguarda la cadena de custodia de la madera en su transformación de materia prima en producto de consumo, mediante el control de las diferentes empresas que forman parte del proceso, siendo entonces otorgada la certificación al producto maderero.
Para aquellas maderas que no pueden demostrar el origen sostenible, tanto PEFC como FSC contemplan la opción de al menos poder garantizar su origen legal, lo que se conoce como Madera de Fuentes Controladas que verifica el cumplimiento de la legislación en gestión medio ambiental, en el caso de europeo, la Directiva Europea del Mercado de la Madera (EUTR).
Los dos sistemas de certificación son en su contenido similares, siendo reconocidos por igual en todas las políticas públicas de compra y venta de madera responsable.
Como diferencia principal, destacar que FSC desde unos Principios y Criterios globales, y mediante entidades de certificación acreditadas por su entidad de acreditación ASI, certifica los bosques de cualquier parte del planeta, mientras que PEFC requiere la constitución de un Foro Nacional en cada país que consensua el Sistema de Gestión Forestal, siendo además necesario superar un proceso de reconocimiento mutuo para ser considerado Sistema de certificación PEFC.
Motivo más que suficiente para verificar la procedencia de la madera que consumimos, son las ventajas ambientales:
A corto plazo se reducen los incendios dado el cuidado de los empresas que gestionan la madera.
A medio plazo, se conserva el agua y el suelo, evitando la deforestación,
A largo plazo se contribuye a mitigar el cambio climático y se conserva la biodiversidad.
El cuidado de los bosques, desarrolla las zonas rurales, incidiendo en su economía, empleo, bienestar social… y se potencian las actividades de ocio en entornos naturales.
Por tanto podemos decir que consumir maderas certificadas, nos asegura el respeto y el cuidado del planeta, al fin y al cabo nuestra gran casa. Fíjate en estos certificado cuando compres papel, muebles, puertas, etc.
IMÁGENES VÍA:
HTTP://WWW.PUBLICDOMAINPICTURES.NET/VIEW-IMAGE.PHP?IMAGE=177009&PICTURE=&JAZYK=ES
HTTP://WWW.NEXOFIN.COM/NOTAS/272810-EL-HOMBRE-EL-PEOR-ENEMIGO-DEL-MEDIO-AMBIENTE-15-IMAGENES-PARA-CONCIENTIZAR-N-/
HTTP://WWW.GEOGRAPH.ORG.UK/PHOTO/761044
HTTP://WWW.INEVA.ES/COMO-OBTENER-LOS-SELLOS-FSC-YO-PEFC/